¡Que recuerdos estos pasteles!
Hacia siglos que no comía un MILHOJAS DE MERENGUE.
Y con ellos hice un viaje en el tiempo, volví a los 8 años, nada menos, una eternidad. A las tardes de domingo, tardes de paseo por las calles medio desiertas de mi pueblo o tardes de cine donde te dejabas la espalda en la butacas de madera, viendo dos películas seguidas, de vaqueros, de miedo o de destape, daba igual, aquello de para mayores de 14 años, era algo que no se consideraba demasiado trascendente, hoy los psicólogos y educadores se tirarían las manos a la cabeza.
Bueno pues entre domingos de cine en el Germanías, que así se llamaba el local, años después nuestro cine se convertiría en el primer supermercado, el primer MERCADONA del pueblo, ¡menudo acontecimiento! Los ultramarinos empezaron su progresiva decadencia y en poco tiempo apenas quedaron 2 o 3 tiendas de las de toda la vida. Pero como iba diciendo entre domingos de ir al cine, acontecimiento familiar, ¡toda la familia al cine!, en verano tardes de cine también los viernes y pelea con mi hermana para ver quien llevaba el dichoso bolsito con la merienda, porque eso sí, mi madre nos preparaba una merienda como si nos fuésemos a la guerra: un buen bocadillo, una barrita de chocolate Muñoz para cada una , y la botella de medio litro de gaseosa , por supuesto de cristal, la recuerdo como si la tuviese delante, marca “La Pitusa” con la niña en rojo.
Y ¿Por qué peleábamos mi hermana y yo cuando íbamos al cine?
Cuando se echo novio hice funciones de carabina por un tiempo, primera fase del noviazgo, lo cual al principio estaba bien porque su pretendiente, hoy mi cuñado, compraba mi silenció a fuerza de chicles Bazoca y Pepsicola. Pero claro luego cuando llegaba a casa tenía que pasar por el interrogatorio de mi madre y a mí la Pepsicola y los chicles Bazoca me gustaban mucho, ¡ya me entendeis!, así que solo se cogían de la manita.
Y ¿como resolvimos el tema del bolso con la merienda?
Bueno pues una tarde de las muchas que fuimos al cine , andábamos riñendo por el dichoso bolso, que si lo lleves tu ahora, que no porque yo soy la mayor, llévalo tu enana, pues ahora lo dejo en la calle y continuo andando, colleja de mi hermana para que lo coja, así todo el trayecto, hasta que llega un momento que a Mari, yo misma, se me cruzaron los cable y agarre el bolso y lo lanze con todas mis fuerzas hacia la cabeza de mi hermana. Naturalmente lo esquivo y el bolso se estrello contra el suelo, rompiéndose la botella de gaseosa y poniéndose perdido todo lo de dentro.
No volvimos a llevar gaseosa al cine y mi madre nos repaso a las dos. CONCLUSIÓN: el bolso lo llevaría una a la ida y la otra a la vuelta. Y así se hizo.
Cuando desapareció el Germanías, quedaron pocas opciones, pasear por la calle, 5 pesetas para gastar en el kiosco, parque y el MILHOJAS DE MERENGUE. Eso era lo que más me gustaba del domingo, ¡que rico estaba aquel merengue!
Con el paso del tiempo la pastelería también cerró y durante muchos años no volví a comer un Milhojas. Recuerdo que en mi primer embarazo tuve antojo de uno al pasar un día delante de una pastelería, lo compre y estaba rico pero el merengue no era tan firme como el que yo recordaba de mi infancia.
Con el tiempo y cuando empecé a aficionarme con más fuerza a la cocina prepare distintas recetas de merengues pero ninguno consiguió ni tan siquiera parecerse a mi recuerdo.
Pero descubrí la receta del merengue italiano, que es el que he utilizado para preparar los milhojas y me entusiasme, un merengue firme, con brillo, que aguanta y tiene un sabor exquisito, reconozco que es el mejor que he probado y el que en un 99% se asemeja al de mi infancia, diría el 100% pero no, los recuerdos son los recuerdos y no se pueden clonar.
Y este viaje al más puro estilo Cuéntame, lo ha conseguido una receta, ¡es increíble! Eso es una de las cosas que me gustan de esta pasión llamada cocina.
Así que ahora sí, sin más preámbulos pasemos a la receta y dejémonos de batallitas
Necesitamos:
- Una base de hojaldre, yo utilice del Lidl
- 4 claras de huevo que sacaremos 1 hora antes del frigo
- ½ cucharadita de café de crémor tártaro, si no tenéis no pasa nada, esto es una aportación personal mía
- 400 g azúcar blanquilla
- 1 vaso de agua
¿Como se hace?
Precalentamos el horno a 180 – 200º
Cortamos el hojaldre en rectángulos, el tamaño a gusto de cada uno, tenemos que hacer un numero par, a mi con una placa me salieron para 6 milhojas, 12 rectangulos.
Ponemos en una placa de horno sobre papel sulferizado y horneamos unos 15 minutos o hasta que veas que suban, no dorar.
Mientras se va haciendo el hojaldre, vamos preparando el almíbar, ponemos en un cazo el agua y 300 g azúcar, reservamos 100 g para montar las claras. Sin remover dejamos que vaya hirviendo, hemos de conseguir un almíbar de bola gorda. Ir vigilando el almíbar, veremos que va cogiendo un poco de color y va adquiriendo más consistencia, esto ocurrirá en unos 15 minutos aproximadamente. Apagamos y pasamos a montar las claras, cuando ya tengan una consistencia media, incorporamos poco a poco el azúcar a la vez que montamos con las varillas, hasta que quede muy firme. En este punto iremos añadiendo en hilillo fino el almíbar hasta conseguir un merengue muy firme y brillante. Podemos hacer la prueba de girar el merengue y si no se cae lo tenemos en su punto.
Montaje de las milhojas:
Ponemos un hojaldre y le rellenamos de merengue, rematamos con el otro hojaldre que habremos espolvoreado con abundante azúcar glas. Alisamos por los lados para que quede el milhojas igualado y perfecto.
Fácil y si os gusta el merengue, no dudéis en hacerlo.
Mari que maravillosos recuerdos y es notable cómo esta asociada la comida a los mismos, lo mismo que los perfumes. Te han quedado espectaculares y con mucho gusto me comería uno ahora mismo.
ResponderEliminarBesos
las milhojas son mis preferidas y el merengue mi perdicion.La verdad es que el merengue italiano es el mejor para este tipo de postres.Te han quedado geniales
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leer tus recuerdos de la infancia, me has arrancado una sonrisa cuando he leido que el bolso con la gaseosa termino en el suelo y las batallitas con tu hermana...
ResponderEliminarY las Milhojas, que te puedo decir que están perfectas con una pinta de morder la pantalla.
Un saludo
Çok güzel,çok leziz ve iştah açıcı görünüyor.
ResponderEliminarEllerinize sağlık.
Saygılar.
Que recuerdos con esta receta, me gustan mucho. En mi pueblo no son muy habituales, pero cuando estuve viviendo en Baza (Granada) había una pastelería donde creo que he probado los mejores de mi vida.
ResponderEliminarLos tuyos se ven estupendos. Me copio tu receta. Saludos
Maravillosos recuerdos, pero mejores aun los milhojas!! que pinta mas rica!! me llevo uno! besos
ResponderEliminarQUÉ DE RECUERDOS WAPA...YO TAMBIÉN RECUERDO ALGO PARECIDO PERO CON LA "MIRINDA"...
ResponderEliminarCONOZCO EL MERENGUE ITALIANO, PERO AQUÍ EN MI PUEBLO TODAVÍA HACEN LAS MILHOJAS COMO ANTES...ASÍ QUE ENSEGUIDA ME QUITO EL GUSANILLO.
TE HAN QUEDADO PERFECTAS!!!
bESITOS.
Me encanta el merengue, yo también comía mucho estos tipos de pasteles, aunque mis recuerdos no son al estilo "cuentame", que bonito es recordar las "discusiones" con tus hermanos. Bss.
ResponderEliminarUna milhojas riquisimas para unos recuerdos muy bonitos, qeu tiempos aquelloss.
ResponderEliminarQue pinta madre mia¡¡¡¡¡¡me encantan
besosss guapaaa
Nunca hice ese merengue y menuda pintaza que tiene,me parece un poco difícil-.....el amíbar no se carameliza despues de 15 minutos al fuego.....le temo al meremgue :(
ResponderEliminarMe han encantado tus recuerdos me han echo recordar los míos. Cuando veo Cuéntame pienso que era mi época.
ResponderEliminarTe han quedado unos merengues preciosos, no sési me atreveré es que si es demasiado dulzón no sé si les va a gustar.
Besos guapetona.
Hola preciosa, una delicia de receta y de recuerdo.
ResponderEliminarTe mando muchisimos besitos
Hola Silvia, mira no es nada dificil, es un poquito laborioso solamente pero el resultado final es estupendo, si te gusta el merengue porque es una bomba de azúcar. Sobre el almibar no carameliza por lo hacemos a fuego muy bajo y el punto de bola gorda lo conseguiremos teniendo asi sin remover en unos 10-15 minutos.
ResponderEliminarComo te digo, si te gusta el merengue prueba a hacerlos sin temor porque quedan riquisimos.
Un beso enorme.
Hola Anna (Cocinera de Betulo), el merengue es "o te gusta o no te gusta nada", a mi me encanta, hacia siglos que no comia y cuando hice estos fue como diria Enrique Iglesias ""Una experiencia relegiosa"". Ahora esta claro que este dulce es una bomba calórica y que no hay que atiborrarse, yo con medio milhojas voy requetesobrada.
ResponderEliminarUn besazo guapetona
vaya relato mas bueno..jejeje...pero ese merengue...sensacional..pero si tiene una pinta fabulosa.....
ResponderEliminarpor una milhoja de esas .....M A T O ¡¡¡¡
ResponderEliminarpor eso no las hago....que peligrooo ¡¡¡
besitos
Pecado!
ResponderEliminar;-D
Que ricas las milhojas de merengue, son mi perdición,todo lo que lleva mrengue me encanta y estas tuyas se ven de pelicula
ResponderEliminar** saludos **
Mamma che delizia cara!! Slurp!!! Bacioni.
ResponderEliminarQue rico el merengue, me recuerda a cuando era niña!!!! Que tengas un buen verano, nos leemos en septiembre
ResponderEliminarEsta receta me viene estupendamente, que a mi madre le encantan los merengues. A mi también me gustan, pero de pequeña los odiaba, raro, raro, raro...
ResponderEliminarHasta pronto!
mmm menuda pinta!! me encantan lo smilhojas, yo hoy subi unos que me quedaron muy bonitos también a mi blog, un saludo!
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