PARMENTIER DE BRÓCOLI AL TOMILLO Y ROMERO

En la cocina francesa, el adjetivo parmentier  hace referencia a platos compuestos principalmente de patata,  y surge en honor de Antoine-Augustin Parmentier (Montididier, 17 de agosto de 1737 – París 17 de diciembre de 1813)  que fue un agrónomo, naturalista, nutricionista e higienista francés.

Su experiencia como cautivo en Prusia durante la Guerra de los Siete Años le llevó a defender la patata como alternativa alimentaria (en Francia, como en casi toda Europa, se la consideraba no comestible). Consiguió que se levantaran las leyes que prohibían su cultivo, y promovió su consumo.

En su honor, en la cocina francesa, el adjetivo parmentir hace referencia a platos cuyo principal componente es la patata, como el famoso hachis parmentier.

El hachis parmentier  es una especialidad gastronómica francesa, extendida y muy apreciada en todo el mundo, consistente en un gratinado a base de capas de puré de patatas intercaladas con carne picada de buey. 

Fuente: wikipedia

Después de esta pequeña introducción os voy a presentar la mía.

La parmentier es un plato estupendo, creo que es una manera de comer algunos alimentos que no tienen demasiados fans.

Los gratinados de patatas suelen gustar a todo el mundo, pequeños y mayores, y entre esas capas de patatas podemos poner verduras, pescado y otros alimentos que son el patito feo de las cocinas y que de otro modo no conseguiríamos colocar.

PARMENTIER DE BRÓCOLI AL TOMILLO Y ROMERO

INGREDIENTES para 4 personas:

500 g de patatas no muy grandes enteras y con su piel

300 g de brócoli fresco o congelado

3 cucharadas soperas de mantequilla Central lechera asturiana

50 g de bacon en tiritas

2 dientes de ajo

2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen Hojiblanca

1 vaso de leche entera Central lechera asturiana

Sal

Pimienta negra

Nuez moscada

Tomillo

Romero

Queso curado de oveja rallado, unos 100 g.

PREPARACIÓN:

Ponemos en un cazo con abundante agua y un poco de sal la patatas enteras con su piel, si tenemos una cacerola que tenga accesorio para cocinar al vapor lo ponemos con el brócoli a trozos no muy grandes, de este modo mientras se cuecen las patatas se hace el brócoli.

Si las patatas no son muy grandes en 20 minutos estarán cocidas.

El brócoli si es fresco también lo tendremos en el mismo tiempo pero si es congelado se hace mucho antes por lo que tendréis que vigilar para no pasaros en la cocción, unos 10 minutos serán suficientes, no debe quedar excesivamente blando.

Cortamos los dos ajos en rodajitas finitas , los echamos en una sartén con las dos cucharadas de aceite y cuando empiecen a tomar color incorporamos el bacon en tiras, cuando lo tengamos doradito añadimos el brócoli bien escurrido, y dejamos a fuego bajo, moviendo la sartén de vez en cuando.

Mientras pelamos las patatas y las chafamos, no tritureis con la batido eléctrica, queda mucho mejor la textura si no es tan fina, las aplastaremos con un tenedor, añadiremos sal, pimienta negra recién molida, nuez moscada al gusto y dos cucharadas de mantequilla.

Calentamos la leche y la vamos incorporando a la mezcla anterior, la mantequilla se derretirá, me gusta mucho el toque de la mantequilla en los purés de patata pero es importante usar una mantequilla de calidad, cambia el sabor por completo.

Removemos hasta conseguir un puré de una textura suave y rectificamos si fuera necesario de sal, pimienta y nuez moscada.

En una fuente de horno ponemos una primera capa de puré de patata y sobre ella el salteado de brócoli con ajo y bacon, cubrimos con la mitad de queso rallado y otra vez con el puré de patata.

Para terminar echamos el resto de queso rallado, la cucharada de mantequilla que nos queda a trocito por toda la superficie y abundante tomillo y romero.

Como todos los ingredientes están aún calientes, metemos al horno,  solo grill hasta que veamos que esta dorado.

Os aseguro que es delicioso, el puré con sabor a nuez moscada y el punto de mantequilla, el aroma final de las hierbas secas, que las recolecte y seque el año pasado, ya os contare como hacerlo.

Un plato de 10, animaros a hacerlo, merece la pena y admite muchas posibilidades.