Durante nuestro Camino por tierras gallegas, me deleite con todo lo que durante las etapas diarias iba aconteciendo, el paisaje, el cielo, el aislamiento en ocasiones, el bullicio del paso de los peregrinos en otros, en definitiva, vivir el día de la forma más intensa, apreciar todo lo que iba sucediendo, ver, oír, callar, hablar por los codos, escuchar, convivir, respetar la diversidad, vivirlo sintiendo que la vida consiste en todo esto y que en definitiva es lo más valioso que tenemos.
Y disfrute al máximo de la experiencia, de la naturaleza, de
esos colores irrepetibles que mis ojos contemplaron en directo, sin necesidad
de tecnologías.
La gastronomía gallega nos reconfortaba de los esfuerzos diarios,
especialmente un buen caldo gallego, con
el que amortiguar todos los dolores del
esfuerzo realizado.
El unto no puede faltar en el caldo gallego, de hecho le da
ese sabor tan característico e inconfundible.
Yo lo busque y me lo traje, en la Plaza Cervantes de Santiago de Compostela,
hay una tienda de ultramarinos, CEPEDA, de esas de toda la vida, en ella compramos chocolate y como ellos no vendían el unto, muy amablemente me indicaron el camino hacia el mercado para poder comprarlo en cualquier carnicería, os recomiendo visitar esta tienda, son encantadores y con ese humor gallego tan inconfundible y por supuesto también el Mercado.
Yo lo busque y me lo traje, en la Plaza Cervantes de Santiago de Compostela,
hay una tienda de ultramarinos, CEPEDA, de esas de toda la vida, en ella compramos chocolate y como ellos no vendían el unto, muy amablemente me indicaron el camino hacia el mercado para poder comprarlo en cualquier carnicería, os recomiendo visitar esta tienda, son encantadores y con ese humor gallego tan inconfundible y por supuesto también el Mercado.
El unto es la grasa que recubre los intestinos del cerdo,
impidiendo que se peguen a la pared abdominal. Es una grasa fina que se sala
abundantemente, se enrolla, se ata y se cuelga en un lugar fresco para que se seque.
Pasado un mes aproximadamente está listo para usar, le aporta al caldo un sabor
que lo hace característico, como dicen los gallegos “caldo sin unto no está en
su punto”.
Si algo me gusta tanto como la cocina es la historia, y mas de un día de camino intentaba imaginar a aquellos primeros peregrinos, que en el siglo IX, tras el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, iniciaron la ruta de peregrinación más importante de la Europa medieval. Poder intuir como sería su día a día, que alimentos tomarían, así que me puse a investigar en internet sobre el tema.
Y en mi búsqueda me encontré con la web
enciclopediadegastronomia.es, el portal gastronómico de Pepe Iglesias, una página
con muchísima información, interesantísima y muy bien estructurada, sin la
menor duda os la recomiendo si no la conocéis ya.
Aquí encontré lo que buscaba, un plato histórico de la tradición jacobea, probablemente la versión primitiva, la
auténtica del Camino, ya que las peregrinaciones fueron anteriores al
descubrimiento de América, y por tanto
no tenían patatas, chorizos, las carnes eran para las clases pudientes, ni otros ingredientes que se empezaron a consumir
posteriormente.
Es asombroso el caldo tan bueno que resulta utilizando tan
pocos ingredientes y tan humildes, de origen animal solo lleva el unto y sin
embargo el caldo esta delicioso, os lo recomiendo encarecidamente porque os sorprenderá el resultado, el unto es imprescindible y no sé
si fuera de Galicia se podrá conseguir.
Publicado solo en gallego en
el libro A Cociña do Inverno, de la colección Cociña Galega das Estacións, año
1.995.
INGREDIENTES:
24 castañas
Pan duro de hogaza
Unto de cerdo (tocino un poco rancio)
1 cabeza de ajos
1 cebolla
1 manojo de nabizas o grelos, yo he usado repollo verde
rizado
PREPARACIÓN:
En primer lugar limpiaremos las castañas, si están un
poquito secas simplemente pelaremos y frotaremos para quitar la piel, si son
frescas, las asamos ligeramente y pelamos, o también podemos quitarles la
cascara y hervir ligeramente para poder pelarlas. Reservamos.
Los nabos los pelamos y hacemos en trozos no demasiado
grandes, pero tampoco demasiado pequeños, reservamos también.
En una sartén pondremos a calentar un trozo de unto, como
una cucharada sopera colmada, según se va fundiendo añadimos los ajos pelados
pero enteros y dejamos que tomen color,
En una olla grande se ponen a cocer las castañas con el
sofrito que hemos preparado y dejamos cocer a fuego medio-bajo durante 1 hora,
respecto a la cantidad de agua, os lo ira diciendo el propio guiso, empezad con
1 litro de agua y a medida que avance la
cocción e incorporéis ingredientes el caldo requerirá más.
Luego añadimos los nabos y el repollo rizado y dejamos que
siga cociendo otra hora. Si utilizáis grelos o nabizas, añadirlas en los últimos
15 minutos porque necesitan menos tiempo de cocción. Rectificar de sal,
necesitara sal porque las castañas endulzan ligeramente el caldo.
Para que el caldo adquiera la consistencia y cuerpo que lo
caracteriza lo dejaremos reposar, al menos hasta que enfríe.
En el momento de tomarlo, le pondremos las tajaditas de pan
y calentaremos despacio, procurando que no llegue a hervir a borbotones para
que no se rompan los ingredientes. Para decorar el plato untamos unas cortadas
de pan con ajo y tostamos en una sartén con un poco de unto hasta que tomen
color doradito.
Y con esto a disfrutar de un caldo humilde pero delicioso,
con un sabor impresionante.
Animaros a participar en el sorteo que he organizado si no
lo habéis hecho, hasta el 31 de octubre PINCHANDO AQUÍ.
Buena semana.
Buena semana.
Una receta que no conocía y que difícilmente podré hacer aquí sin el unto. Habrá que ir a Galicia a probarla in situ.
ResponderEliminarHoy es el primer cumpleaños de mi blog y publico una receta de devil´s food cake para chuparse los dedos, te invito a verla y de paso a compartir un día tan especial para mi.
Un besito desde Las Palmas.
Una receta muy contundente para el viajero, y para el que no viaja y tiene una economía corta. Estas sopas para mi las mas buenas, besitos.
ResponderEliminarno es q este bueno, esta riquisimo!!!! y como bien dices, q el unto no falte nunca.
ResponderEliminarsaludos
Por favor qué cosa más rica...con los frios que van a venir ahora como que apetece un plato.
ResponderEliminarBss
La cocina de Mar
htpp://la-cocina-de-mar.blogspot.com.es/
QUE PLATO MAS CONTUNDENTE AHORA PARA EL INVIERNO, ESTA MUY BIEN AQUI EN ASTURIAS TAMBIEN DICEN LO DEL UNTO JAJA TE QUEDO ESTUPENDO
ResponderEliminar!!!! UN BESIN !!!!
http://eltoquedebelen.blogspot.com.es
Estás hecha toda una gallegiña con esta receta ...claro que este caldiño reconforta , hoy lo estoy haciendo yo pues entre el frio y la lluvia mejor que esto NADA DE NADA ..jeje , Ya he leido que el viaje te ha sentado estupendamente ..me alegro , para otra vez si vienes con tiempo y podemos vernos tomaremos una taza de ese caldito o de un vinito con el pulpo ...te parece? ...bicos
ResponderEliminarYo el unto lo tengo prohibidísimo por mi páncreas pero ay... cómo echo de menos el tocinito rico, el sabor que le da a estos guisos. Un caldo del todo reconfortante.
ResponderEliminarMe alegra que la experiencia haya sido tan positiva.
Besos
Te ha quedado una cazuelita bien rica!
ResponderEliminarhttp://juegodesabores.blogspot.com.es/
¡Qué razón tienes con tan poco.... cuanto! Y con el unto, mmm... Un beso
ResponderEliminaresto revive a cualquiera
ResponderEliminarRevitalizante seguro!
ResponderEliminarMadre mía, hace muchisimo que no tengo unto, antes me lo daba mi cuñada que es del Bierzo y recuerdo los pucheros con él, el gustito tan rico que tenía. Tengo que decirle que me envie un poco. Menudo puchero te has marcado con esa berza y ese pan.
ResponderEliminarUn besazo guapa
Un caldo muy reconfortante, con el clima de Galicia, con lluvia y frío seguro que anima a los peregrinos.
ResponderEliminarBesos.
Con este frío viene genial para calentar el estómago, que rico, te lo copio guapa.
ResponderEliminarya veo que ademas de caminar has comido de lo lindo, jejeej. yo, el unto lo compro en la carnicería del carrefur o del mercadona, es una suerte encontrarlo, no siempre lo tienen, pasa lo mismo con el hueso blanco que se usa en Almería, es difícil conseguirlo. muy reconfortante tu caldo. un beso.
ResponderEliminar¡Que rico! Lo he tomado en Galicia pero nunca lo he preparado.
ResponderEliminarLo del Camino de Santiago para mi es de admirar, yo no me siento con ganas de andar tanto, le he hecho en coche, que ya se que no es igual.
Abrazos.
Que aspecto mas rico Mari....me comia yo una cazuelita de estas en un santiamén.
ResponderEliminarBesets.
Mari me encanta!!! tienes que ponernos fotos del propio camino, de los pies con heridas y todoo :) mi padre y novio lo quieren andar. un besazo
ResponderEliminarMari ¡que rápido pasa el tiempo! ¡Ya has vuelto de tu viaje!, que caldo mas rico nos has preparado me gusta muchísimo, ahora que ya empieza a notarse el fresquito apetece muchísimo.
ResponderEliminarUn beso guapa.
très appétissante bravo
ResponderEliminarbonne journée
No hay nada después de las caminatas como una reconfortante sopa calentita.
ResponderEliminarantes de descansar y recuperar fuerzas. Te ha quedado estupenda.
Bss
Qué bien has comido, eh??? ¿Sabes que yo me rompí el peroné entrenando para hacer el Camino???? Lo volveré a intentar el próximo año, si puedo. Me alegro de verte, Mari. Un besazo!
ResponderEliminarPara resucitar a un muerto... Yo estuve en Lugo hace unos diez años y caté el caldo gallego, impresionante.. Lo que no conocía era la receta original. Ya me buscaré la vida para conseguir el unto, pero esto lo tengo que hacer en mi cocina. Un beso grande Mari, y cierto que Galicia deja huella.
ResponderEliminaryo soy gallega y en la vida he visto esta receta de caldo en ningun sitio,¿desde cuando se le pone ajo y cebolla al caldo? y ¿desde cuanto se frie el unto? si te lo sirvieron en algun restaurante me gustaria saber cual, porque la verdad me sorprende la receta,curiosa cuanto menos
ResponderEliminar