Cuando era pequeña, recuerdo que mi madre siempre decía que en "Viernes Santo no se podía comer carne", nos hacia bacalao con tomate frito, albóndigas de bacalao y potaje de garbanzos con bacalao, esto último a mi no me gustaba demasiado por aquel entonces, es más, odiaba los garbanzos con cosas verdes, las cosas verdes no eran otra que espinacas.
También perdura en mi memoria un arroz con bacalao y patatas
que quitaba el hipo, no tengo por desgracia la receta pero siempre por estas fechas me vienen como flashes, imágenes de mi madre preparando este arroz, friendo la piel del bacalao e incorporando
las partes de la cola con menos molla al puchero…, mi madre era una estupenda
cocinera y no desperdiciaba absolutamente nada.
No se si os pasará también, pero hay recuerdos que tienen
olor y sabor, y que forman parte de ti, y que los añoras y los buscas, y que si
consigues encontrarlos y saborearlos de nuevo suponen una experiencia
indescriptible, volver al pasado. Igual os parece exagerado pero cuantas veces
vas en busca de aquel pastel de merengue que tanto te gustaba de pequeña, o
aquellas magdalenas que hacia la abuela y que por muchas y buenas que pruebes
nunca saben como aquellas…
Así que cuando era pequeña, Semana Santa tenía una
parte divertida, que era salir al campo a comer la mona y saltar a la comba, y otra que me daba mucho miedo, representada por las impresionantes procesiones y el bacalao, bueno concretamente los garbanzos con bacalao, el resto de platos me gustaban,
era como el yin y el yan, la luz y el lado oscuro, y que nadie me interprete
mal ni pueda ofenderse por esta clasificación, pero con 7-8 años era mi
percepción del mundo.
Hoy han cambiado bastante las cosas, en muchos sentidos,
ahora Semana Santa es un periodo vacacional mas, operación salida, viajes
programados, también en lo culinario, monas con huevos Kinder, torrijas de
sabores impensables…
Yo misma os traigo una receta de legumbres pero con truco,
un plato tradicional pero en menos tiempo, podemos preparar platos caseros
rápidamente, no es imposible, con buenos productos, que los hay en el mercado.
La prueba es este plato de ricas pochas, las legumbres están ya cocidas, son Pochas
al natural de la marca Camporel, de una calidad excepcional y con un sabor muy
delicado, se deshacen en la boca, y para convertirlas en un plato de Viernes Santo
nada más que añadir bacalao, acelgas y unos champiñones, una receta deliciosa que
quiero compartir, al igual que mis recuerdos de infancia con todos vosotros.
INGREDIENTES:
Pochas al natural extra Camporel
200 g de bacalao desalado y desmigado de buena calidad
Un manojo de acelgas frescas troceadas
100 g de champiñones laminados
Media cebolla dulce picada
2 dientes de ajo
1 Hoja de laurel
Una cucharadita de café de pimentón dulce La Dalia
Aceite de oliva virgen
PREPARACIÓN
La noche de antes ponemos el bacalao en agua y le cambiamos
esta varias veces.
Picamos la media cebolla y los ajos, sofreímos en una sartén
con un chorrito de aceite de oliva virgen, cuando veamos que está blandita, lo
apreciaremos porque quedará como transparente, añadimos las acelgas troceadas y
los champiñones laminados, a continuación el bacalao desalado y escurrido,
damos una vueltas, incorporamos el pimentón y ponemos todo en una olla con
agua, no pongáis demasiada agua, justo para cubrir el sofrito.
Cuando empiece a hervir lo dejaremos durante unos 10 minutos
y a continuación añadiremos las pochas al natural de Camporel, no remover con ningún
utensilio, ya que las legumbres ya están cocidas, mover la olla un par de
minutos y apagar el fuego, rectificar de sal si fuera necesario, teniendo
cuidado de no pasarnos porque el bacalao contiene sal de sobra. Y listo para
disfrutar de un delicioso potaje casero y tradicional en un tiempo record, no
me negareis que no tenemos excusa para hacerlo.
Felices vacaciones y disfrutad de ellas.
Qué buen plato de cuaresma! El bacalao les sienta fenomenal!
ResponderEliminarQué recuerdos tan maravillosos. Con tu descripción de los sabores de la infancia me recordaste a Marcel Proust y su búsqueda del tiempo perdido que se despierta en el momento exacto de morder una madeleine ....
ResponderEliminarEsta versión rápida de un plato tradicional es un lujo en estos tiempos que corren. Acá se sigue conmemorando al Semana santa sin el consumo de carne, pero vamos desde el jueves y en muchos casos hasta el sábado al medio día. Es una tradición que me gusta y trato de perpetuar. No hay demasiado bacalao ni pescado, pero sí platos que aún cuando se disfrutan todo el año, en Semana Santa adquieren un valor especial.
Cariños, Mari, nos seguimos leyendo.
Que delicia, a mi marido le encanyan.Besoss y buena tarde.
ResponderEliminarBuenísimo, yo también tengo muy buenos recuerdos asociados a esta época, volando el caxirulo y tomándome la mona jajaja ahora los niños de ahora no los veo ya como niños, no sé, nosotros teníamos más libertad, eramos más niños... En fin, es lo qeu hay.
ResponderEliminarbesazos
Qué buena pinta... qué ganitas de meter cuchara en ese plato!!!
ResponderEliminarestos son los platos que mas gustan en mi casa, platos unicos, consistentes y deliciosos. me encantan! a mi de peque tampoco me gustaban, como cambian las cosas!
ResponderEliminarBuen plato, muy apropiado para estos días de cuaresma, pero también para cualquier otro. En casa lo preferimos con garbanzos. Besitos.
ResponderEliminarAy que rico Mari, si es que estos platos de cuchara son lo mejor de lo mejor. Me pierden reina, y este que lleva bacalao ni te cuento, un auténtico placer sentarse a la mesa y disfrutar de un platito.
ResponderEliminarBesinesss
Espectaculaaaaaaaaaaar no lo siguiente no hay mas que ver las fotos y seguro que es una delicia con lo que me gustan los platos de cuchara es una pena no pueda llevarme un platito para la cena .
ResponderEliminarFelices pascuas , bicos mil y feliz domingo wapa.
Nosotros seguimos la tradición de los potajes en semana santa y este plato lo hago mucho, con la diferencia que no le pongo champiñones, la próxima vez lo haré porque tiene que estar riquísimo. Saludos
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